Querida profesora Ana,
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Es difícil expresar con palabras el profundo agradecimiento que siento hacia ti, maestra de mi hijo en el Jardín de Infantes. Tu dedicación, pasión y amor por la enseñanza han dejado una huella imborrable en nuestra familia. Desde el primer día, has demostrado un compromiso excepcional con el desarrollo y bienestar de los pequeños, y eso no ha pasado desapercibido. Cada gesto, cada palabra y cada actividad planificada con esmero ha contribuido a que mi hijo crezca no solo académicamente, sino también en valores y confianza en sí mismo. Por eso, hoy quiero tomarme un momento para agradecerte de corazón por todo lo que has hecho.
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La importancia de la educación infantil en el desarrollo temprano